Una historia sencilla y única
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Como toda historia donde dos personas se encuentran, podría contarte que es un romance, algo épico. Pero no.
También podría decirte que fue el destino, la providencia, la alineación de los planetas, o quizás serendipity. Pero tampoco.
Celia y Mada, Mada y Celia se encontraron a base de trabajo duro, de visualización, de valentía.
Si les preguntas cómo llegaron hasta aquí, es importante saber que fueron directivas de empresas, con trabajos cotidianos, con futuro asegurado y que las dos sufrieron un “crack” en su camino. No encajaban; como dos personas cuerdas en un mundo de locos.
Metieron toda su experiencia en una mochila y se lanzaron a descubrir un mundo nuevo.
Cuando cuentan cómo se conocieron, la historia parece sacada de un guión de Woody Allen o de un libro de Isabel Allende. Algo cotidiano da paso a algo más.
Imagina la situación; sentadas en un evento de miles de personas, a tan solo 45 centímetros de separación (medida del asiento que había entre ellas por seguridad del covid) las dos prestaban atención al ponente.
Hasta aquí todo normal.
Una de ellas se atraganta, y empieza a toser.
Vaya momento tan poco apropiado.
Esa tos da paso a las lágrimas. No consigue parar. En uno de los instantes donde consigue coger aire, se encuentra delante de ella una mano con uvas.
¡Uvas!
Coge una de ellas y comienza a masticar y tragar. Cualquier cosa que haga que el picor y la tos desaparezca es bienvenida.
Mientras todo esto pasa, la otra vive la situación con angustia y preocupación. El instinto de ayudar supera a todo lo que la rodea.
Y por fin, la tos cesa y el aire vuelve a entrar en sus pulmones.
En ese momento sus ojos se encuentran. No pueden hablar. Recuerda que están en medio de una ponencia. Sin embargo, las dos notan que sus respiraciones se sincronizan.
El azul brillante del cielo y el marrón rojizo de la tierra. Dos fuerzas de la naturaleza que dan vida.
Y al igual que habían vivido ese “crack”, en ese momento sintieron un “chin”.
Hablaron y hablaron sin saber que todo las llevaría hasta aquí. Hasta unirse como socias de Naturamol.

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